Recuerdo un dia caluroso, me había levantado muy temprano
para pasar tiempo con Dios, mi pequeño hijo aun dormía, mi aseo del hogar estaba
listo, yo estaba lista para disponerme a cualquier cosa durante el resto del día.
Asi que tome un libro para leer, algo que disfruto mucho. Había
silencio afuera, mis vecinos trabajando, niños en la escuela; la ventana donde mas
me gusta a lado del sofá. Comencé mi
lectura, cuando algo me interrumpió; un ruido estruendoso, mi mente dejo de
concentrarse, salí para ver de donde provenía, al darme cuenta, pensé que ese
tiempo de quietud había terminado, molesta deje mi libro a un lado, me percate
que ahora mi gozo se había convertido en enojo.
Al leer las obras de la carne, y hacer una comparación con
los frutos del espíritu, veo cuanto Dios nos ama y su misericordia para no ser
aun destruidos, años atrás, recuerdo que mi oración era: “Señor desarrolla en
mi cada uno los frutos del Espíritu, ayúdame a tener más amor, mas gozo, paz,
paciencia, benignidad… etc.” Están allí, Dios los deposito en mi corazón cuando
vine a El, ¿porque me cuesta tanto? Porque soy carne, porque soy un ser caído
que batalla día a día con los afanes del mundo.
Para que los frutos del Espíritu se desarrollen, pasaran
cosas que no nos gustaran. Cosas como oposición, molestias, gente difícil,
problemas, presiones, etc, etc y a través de cada una de esas cosas Dios producirá cada
fruto. Si, y solo si, perseveramos a pesar de. Con la gente difícil, aprendemos
a amar, con los problemas aprendemos paciencia, y asi es que Dios usa
situaciones duras para cultivar y producir eso frutos. Un hermano dijo: Dios
nunca desperdicia una experiencia dolorosa en tu vida.
Si, yo le pedí a Dios que desarrolle cada fruto del espíritu
en mi, ¿Cómo es que voy a cuidar de mi pequeño huerto? Bueno Dios quiere que
llevemos fruto pero que quitemos o combatamos la maleza que crece alrededor y
no permite un fruto saludable. El fruto es
lo que contiene la delicia, la dulzura, el alimento, asi que en mi no puede
haber mas tinieblas que luz, debo luchar por vencer las obras de la carne, y mi lucha
no es sola, por supuesto; voy delante de Dios por auxilio y se que si estoy
dispuesta El me va a ayudar.
¿Con que
luchas te enfrentas cada dia?
Conozcamos
las obras de la carne
Galatas 5:19-21 Colosenses 3:5-11
Adulterio fornicación
Fornicación impureza
Inmundicia
Lascivia pasiones desordenadas
Idolatría malos deseos
Hechicerías avaricia
Enemistades idolatría
Pleitos ira
Celos enojo
Iras
malicia
Contiendas, quejas blasfemia
Disenciones mentiras
Herejías
Envidias
homicidios
Borracheras
orgías
Cada una de nosotras hemos luchado con varias de estas “obras
de la carne”, que por supuesto no son agradables a Dios; y para que nuestro
hermoso huerto, plantado en nuestros corazones comience a dar fruto realmente
delicioso, tenemos que podar cada obra de la carne, que se ha ido arraigando en
nuestros corazones. Y No solo eso debemos permitir que Dios pode cada rama
muerta; va a doler, pero a su tiempo veremos los frutos del espíritu creciendo
en nuestro corazón, y eso es lo que nos va a hacer madurar y va mostrar nuestro
verdadero carácter, ya transformado con el poder del Espíritu Santo.
Te animas a llevar este reto? Hagámoslo juntas; permitamos que entonces cada
fruto del Espíritu amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre, templanza; permanezcan dando fruto generoso en nuestro corazón.
Este tiempo estaremos haciendo un contraste entre las obras
de la carne y el fruto del espíritu,
síguenos con cada artículo. Sea de bendición para cada una de nosotras.
Al único y Sabio Dios
Jess Morgan
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